domingo, 30 de marzo de 2014
Cuento: las estaciones del año
Había
una vez, cuatro
estaciones del año que
se hacían llamar la Primavera,
el Verano,
el Otoño y
el Invierno.
Cada estación era de una manera de ser, pero había dos que se
llevaban muy mal, ¿y quiénes se llevaban mal?, os estaréis
preguntando, pues el Invierno con el Verano.
Desde
que se conocieron el Invierno
y Verano, siempre
se han llevado mal,
pues al Invierno le gusta mucho el frío, que llueva y nieve, y sin
embargo, al Verano le gusta que haya más días de sol, que llueva
poco y que haga calor. Así que son como polos
opuestos.
Sin
embargo, un día se
juntaron las cuatro estaciones del año,
para resolver este problema. La Primavera viene después del
invierno, y con ella los árboles y campos empiezan a florecer, y
deja de hacer tanto frío. Y el Otoño, empieza después del Verano,
y con él, las hojas de los árboles se caen, comienza a hacer frío
y hay algunas lluvias.
En
la reunión que tuvieron, tanto la Primavera
como el Otoño les intentaban explicar al Invierno y al Verano que
deben llevarse bien,
pues gracias a los cuatro el ciclo de la vida en la Tierra es
posible.
La
Primavera dijo: "Invierno,
gracias a ti todos la seres vivos pueden vivir, pues existe el agua y
con los deshielos llenas los ríos. Y Verano, gracias a ti y tu
magnífico sol veraniego, hay vida en el planeta y un clima para que
los campos puedan terminar de florecer para darnos alimentos. Así
que, como
veis no sois tan diferentes".
Tanto
el Inverno como el Verano se quedaron pensando unos minutos, y
después el
Invierno dijo:
“es
verdad, Primavera, ahora lo entiendo, tenemos que estar unidos, pues
gracias a que cada uno desempeñamos una función a lo largo del
año, existe
la vida en el planeta".
Así
fue como la Primavera
y Otoño hicieron
reflexionar al Invierno y
al Verano,
haciéndoles ver que sólo estando
unidos,
y no enfrentándose, conseguirían
mantener el equilibrio en la Tierra.
Peter Pan
Wendy,
Michael y John eran tres hermanos que vivían en las afueras de
Londres. Wendy, la mayor, había contagiado a sus hermanitos su
admiración por Peter Pan. Todas las noches les contaba a sus
hermanos las aventuras de Peter.

Una
noche, cuando ya casi dormían, vieron una lucecita moverse por la
habitación. 

Era
Campanilla, el hada que acompaña siempre a Peter Pan, y el mismísimo
Peter. Éste les propuso viajar con él y con Campanilla al País de
Nunca Jamás, donde vivían los Niños Perdidos...
-
Campanilla os ayudará. Basta con que os eche un poco de polvo mágico
para que podáis volar.



Cuando
ya se encontraban cerca del País de Nunca Jamás, Peter les señaló:
-
Es el barco del Capitán Garfio. Tened mucho cuidado con él. Hace
tiempo un cocodrilo le devoró la mano y se tragó hasta el reloj.
¡Qué nervioso se pone ahora Garfio cuando oye un tic-tac!


Campanilla
se sintió celosa de las atenciones que su amigo tenía para con
Wendy, así que, adelantándose, les dijo a los Niños Perdidos que
debían disparar una flecha a un gran pájaro que se acercaba con
Peter Pan. La pobre Wendy cayó al suelo, pero, por fortuna, la
flecha no había penetrado en su cuerpo y enseguida se recuperó del
golpe.
Wendy
cuidaba de todos aquellos niños sin madre y, también, claro está
de sus hermanitos y del propio Peter Pan. Procuraban no tropezarse
con los terribles piratas, pero éstos, que ya habían tenido
noticias de su llegada al País de Nunca Jamás, organizaron una
emboscada y se llevaron prisioneros a Wendy, a Michael y a John.
Para
que Peter no pudiera rescatarles, el Capitán Garfio decidió
envenenarle, contando para ello con la ayuda de Campanilla, quien
deseaba vengarse del cariño que Peter sentía hacia Wendy. Garfio
aprovechó el momento en que Peter se había dormido para verter en
su vaso unas gotas de un poderosísimo veneno.
Cuando
Peter Pan se despertó y se disponía a beber el agua, Campanilla,
arrepentida de lo que había hecho, se lanzó contra el vaso, aunque
no pudo evitar que la salpicaran unas cuantas gotas del veneno, una
cantidad suficiente para matar a un ser tan diminuto como ella. Una
sola cosa podía salvarla: que todos los niños creyeran en las hadas
y en el poder de la fantasía. Y así es como, gracias a los niños,
Campanilla se salvó.
Mientras
tanto, nuestros amiguitos seguían en poder de los piratas. Ya
estaban a punto de ser lanzados por la borda con los brazos atados a
la espalda. Parecía que nada podía salvarles, cuando de repente,
oyeron una voz:
-
¡Eh, Capitán Garfio, eres un cobarde! ¡A ver si te atreves
conmigo!
Era
Peter Pan que, alertado por Campanilla, había llegado justo a
tiempo de
evitarles a sus amigos una muerte cierta. Comenzaron a luchar. De
pronto, un tic-tac muy
conocido por Garfio hizo que éste se estremeciera de horror. El
cocodrilo estaba allí y, del susto, el Capitán Garfio dio un
traspié y cayó al mar. Es muy posible que todavía hoy, si viajáis
por el mar, podáis ver al Capitán Garfio nadando desesperadamente,
perseguido por el infatigable cocodrilo.

El
resto de los piratas no
tardó en seguir el camino de su capitán y todos acabaron dándose
un saludable baño de agua salada entre las risas de Peter Pan y de
los demás niños.
Ya
era hora de volver al hogar. Peter intentó convencer a sus amigos
para que se quedaran con él en el País de Nunca Jamás, pero los
tres niños echaban de menos a sus padres y deseaban volver, así que
Peter les llevó de nuevo a su casa.
-
¡Quédate con nosotros! -pidieron los niños.
-
¡Volved conmigo a mi país! -les rogó Peter Pan-. No os hagáis
mayores nunca. Aunque crezcáis, no perdáis nunca vuestra fantasía
ni vuestra imaginación. De ese modo seguiremos siempre juntos.
-
¡Prometido! -gritaron los tres niños mientras agitaban sus manos
diciendo adiós.
Pajaritos a bailar
Esta es una canción con la que podemos pasar buenos momentos bailando y cantando con los niños. Además de revivir nuestra infancia.
La importancia del ejemplo de los padres en la educación de sus hijos
El ejemplo de los padres
En
una ocasión un padre saca una silla al corredor saca un cigarro y
comienza fumar, mientras llama a su hijo para decirle: hijo
nunca vaya a fumar porque es dañino; este consejo no va
proporcionar un buen resultado, ya que los padres son un ejemplo a
seguir para los pequeños.
La Importancia
del ejemplo de los padres hará que los hijos puedan
corregir conductas inapropiadas, puesto que para ellos lo que más
que vale es el ejemplo y no las palabras que no van respaldadas de
coherencia. Los hijos aprenden a comer viendo sus padres, aprenden a
hablar oyendo sus padres, etc.
Por
lo anteriormente dicho es importante que los padres muestren buenos
comportamientos y ejemplo, sobre todo que cuando se le dé una orden
a los pequeños, esta también sea acatada por los padres. Un ejemplo
es que cuando se le diga a los pequeños, deben lavar los platos que
ensucien, que los padres hagan los mismo si utilizan platos.
Algunos consejos sobre la Importancia del ejemplo de los padres:
- Los padres no se deben mostrar como seres perfectos. Para muchos niños los padres se vuelven en héroes que no se pueden equivocar, es importante mostrar a los hijos que los padres también se equivocan, pero a la vez tratar de hacer las cosas correctamente para aprovechar la Importancia del ejemplo de los padres.
El
reconocer los errores también es una buena lección para los niños,
de esta forma ellos van a poder saber que el equivocarse es normal y
van a saber reconocer sus errores, pero también realizar actividades
para corregir los mismos.
- Se debe ser ejemplo de madurez. La inseguridad y baja autoestima son elementos muy peligrosos, ya que esto ocasiona que los jóvenes actúen de forma incorrecta. Estos elementos se adquieren por medio de los padres, por el ejemplo o por el traro inapropiado. Es importante tratar de evitar este problema, ya que esto ocasiona que los jóvenes hagan cosas incorrectas por ser aceptados por los padres o en la sociedad.
Ante
la importancia del ejemplo de los padres, se debe
motivar a que los hijos hagan lo correcto sin importar que las demás
personas no estén de acuerdo, esto se logra viendo como los padres
actúan de forma correcta en muchas ocasiones, ojala en todas.
- La amistad y el ejemplo de los padres. Es verdad que la disciplina y el respeto son la base de la educación, pero también es importante que los padres demuestren que quieren ser amigos de sus hijos, para que de esta forma ellos se guíen por el ejemplo de los padres y no de otros jóvenes que actúan incorrectamente.
La importancia
del ejemplo de los padres, es mucha siempre y cuando se
utilice esta herramienta de forma apropiada. Los padres deben saber
que al tener hijos adquieren una gran responsabilidad y que deben
actuar de forma de que ayuden a los hijos a ser personas educadas,
sensibles, correctas y responsables como cada una de las actividades
asignadas.
Rescatado de Educapeques.
Así que tenemos que ser conscientes de lo que enseñamos a los niños tanto en casa como en la escuela. Los niños son esponjas y no sólo van a aprender las cosas buenas, también aprenden las cosas malas y la culpa no es de ellos, sino nuestra.
Seamos conscientes de cómo actuamos y de cómo hacemos las cosas con ellos, porque todo lo que hagamos dejará huella.
Como maestros somos ejemplos a seguir, y verán en nosotros a modelos, así que tenemos que comportarnos como tal y dar buenos ejemplos.
¡Colorea los animales!
Todas las canciones de Miliki
Gracias a este vídeo los mayores (y no tan mayores) podemos recordar viejos momentos de nuestra niñez y disfrutar escuchando al gran Miliki; y los más pequeños podrán bailar, cantar y aprender las canciones tan pegadizas y alegres que aquí se encuentran. Son canciones que le recomiendo a todo el mundo y que recomiendo a los padres que se las pongan a los niños.
Patito Feo
Como
cada verano, a la Señora Pata le dio por empollar y todas sus amigas
del corral estaban deseosas de ver a sus patitos, que siempre eran
los más guapos de todos.
Llegó
el día en que los patitos comenzaron a abrir los huevos poco a poco
y todos se congregaron ante el nido para verles por primera vez.
Uno
a uno fueron saliendo hasta seis preciosos patitos, cada uno
acompañado por los gritos de alborozo de la Señora Pata y de sus
amigas. Tan contentas estaban que tardaron un poco en darse cuenta de
que un huevo, el más grande de los siete, aún no se había abierto.
Todos
concentraron su atención en el huevo que permanecía intacto,
incluso los patitos recién nacidos, esperando ver algún signo de
movimiento.
Al
poco, el huevo comenzó a romperse y de él salió un sonriente pato,
más grande que sus hermanos, pero ¡oh, sorpresa!, muchísimo más
feo y desgarbado que los otros seis...
La
Señora Pata se moría de vergüenza por haber tenido un patito tan
feísimo y le apartó con el ala mientras prestaba atención a los
otros seis.
El
patito se quedó tristísimo porque se empezó a dar cuenta de que
allí no le querían...
Pasaron
los días y su aspecto no mejoraba, al contrario, empeoraba, pues
crecía muy rápido y era flacucho y desgarbado, además de bastante
torpe el pobrecito.
Sus
hermanos le jugaban pesadas bromas y se reían constantemente de él
llamándole feo y torpe.
El
patito decidió que debía buscar un lugar donde pudiese encontrar
amigos que de verdad le quisieran a pesar de su desastroso aspecto y
una mañana muy temprano, antes de que se levantase el granjero, huyó
por un agujero del cercado.
Así
llegó a otra granja, donde una vieja le recogió y el patito feo
creyó que había encontrado un sitio donde por fin le querrían y
cuidarían, pero se equivocó también, porque la vieja era mala y
sólo quería que el pobre patito le sirviera de primer plato.
También se fue de aquí corriendo.
Llegó
el invierno y el patito feo casi se muere de hambre pues tuvo que
buscar comida entre el hielo y la nieve y tuvo que huir de cazadores
que pretendían dispararle.
Al
fin llegó la primavera y el patito pasó por un estanque donde
encontró las aves más bellas que jamás había visto hasta
entonces. Eran elegantes, gráciles y se movían con tanta distinción
que se sintió totalmente acomplejado porque él era muy torpe. De
todas formas, como no tenía nada que perder se acercó a ellas y les
preguntó si podía bañarse también.
Los
cisnes, pues eran cisnes las aves que el patito vio en el estanque,
le respondieron:
-
¡Claro que sí, eres uno de los nuestros!
A
lo que el patito respondió:
-¡No
os burléis de mí!. Ya sé que soy feo y desgarbado, pero no
deberíais reír por eso...
-
Mira tu reflejo en el estanque -le dijeron ellos- y verás cómo no
te mentimos.
El
patito se introdujo incrédulo en el agua transparente y lo que vio
le dejó maravillado. ¡Durante el largo invierno se había
transformado en un precioso cisne!. Aquel patito feo y desgarbado era
ahora el cisne más blanco y elegante de todos cuantos había en el
estanque.
Así
fue como el patito feo se unió a los suyos y vivió feliz para
siempre.
FIN
Cuento rescatado de El Cuentacuentos
Feliz
Había
una vez una niña llamada Carolina, era
muy pero que muy feliz. Ayudaba
a todas las personas porque quería que todos estuvieran en paz en la
tierra. Un día se encontró con un niño muy
triste, así que se animó a ayudarlo y le dijo:
-
¿Qué te pasa, estas bien?
Y
el niño con lágrimas en los ojos le contesta:
-
No.
El
niño le dijo que estaba triste porque sus papas le
regañaban muchas veces y no sabia porqué. Carolina quiso ayudar a
ese chico, quería que estuviera contento con su familia.
Por
la tarde fue a la casa de su nuevo amigo para
intentar solucionar el problema. Carolina se dio cuenta que lo
que pasaba es que el niño pensaba que él hacia las cosas bien, pero
realmente no las hacían bien. Carolina empezó a hablar con él y a
decirle lo que debería mejorar.
-
Tienes que ser más simpático con la gente y si haces algún tipo de
broma que no sea de mal gusto. –
Le decía Carolina.
Desde
ese día el niño se dio cuenta de lo que hacía mal y quiso mejorar
como persona, decidió ser mas amable con los demás y ayudarles en
todo lo que pudiera.
FIN
- Moraleja: Tienes
que ser FELIZ en todo momento y no pensar solo en ti sino también en
los demás.
- Valores
del cuento: Felicidad.
Amistad
Cuento
rescatado de Cuento
Infantiles Cortos.
Programa PIPO

Es un programa muy interesante y que mejorará, con creces, la vida alimenticia de los más pequeños.
Programa PERSEO
Hoy les traigo un Programa que ayudará a mejorar la vida de sus niños y niñas, bien sea para trabajar como padres en casa o para explicar e inculcar a los padres y a los niños en la escuela.

Entrando en el enlace siguiente: Programa PERSEO, encontrarán información de todo tipo, desde lo que significa una buena Alimentación Saludable, así como una buena Actividad Física, y actividades para trabajarlas. Consejos para que las familias sepan como actuar con sus hijos respecto a la alimentación y el deporte.
También pueden encontrar información para los maestros, guías para elaborar menús escolares y actividades extraescolares. Y un sin fin de información adicional que ayudará a que todos sepamos como ayudar a los niños a llevar unos correctos hábitos de vida saludables.
Maraca para animar las fiestas
En esta ocasión, les traigo una actividad quizás común para muchos, pero desconocida para otros.
Las maracas que les presentamos se realizan con material reciclado y que solemos tirar en casa. Son muy sonoras pero, con la ayuda de ellas, los niños animarán las tardes en casa y las fiestas familiares y del colegio.
Para realizarlas lo único que necesitamos es:
- 1 botella de plástico (con tapa).
- Pintura de manos.
- Pinceles.
- Pegatinas.
- Purpurina.
- Arroz.
- Lápices, ceras y rotuladores.

1. Si decidimos la primera opción, cuando tengamos la botella forrada con el papel y esté bien dura y seca la cola y el papel, procederemos a dejar que los niños las decoren con pegatinas, purpurina o colores.
2. Si decidimos la segunda opción, simplemente entregaríamos a los niños un pincel y un poco de pintura y les ayudaremos a pintar la botella.
En cualquiera de los casos, tenemos que tener en cuenta que la tapa pueda abrirse y cerrarse, pues cuando tengamos la botella decorada pasaremos a introducir el arroz en ella. Una vez tengamos el arroz dentro, cerraremos nuevamente la tapa y.. ¡ya tenemos nuestras maracas!
Regalo para el Día de la Madre
Dentro de poco (en Mayo) será el Día de la Madre, por lo que esta entrada le vendrá de maravilla a todas aquellas maestras que quieran poner esta manualidad en práctica y realizarla en el aula. Los niños no sólo podrán desarrollar su creatividad, sino que además conseguirán un regalo que fascinará a las madres.
La manualidad es la siguiente:
Para poder realizarla en el aula, previamente las maestras debemos trabajar un poco en casa. Tendremos que coger tantos folios como niños haya en el aula (y alguno más por si las moscas) y dibujar en ellos un florero.
En él los niños dibujarán, con los dedos, los tallos de sus futuras flores. El siguiente paso, es que los niños pongan sus manos en pintura y, con un color distinto cada vez (en este caso, los colores fueron azul, malva, rosa claro y rosa fuerte), haga las flores del ramo que decorará el jarrón. En esas preciosas flores que han creado, dibujarán un corazón amarillo.
Finalmente, y después de que la pintura se haya secado, los niños decorarán el florero a su gusto, bien sea con lápices, ceras o rotuladores. Aunque, en este caso, los moldes de los floreros ya estaban hecho en papel decorativo y los niños solo tenían que pegarlos (es otra opción). Otra de las opciones es que en lugar de que pinten o peguen moldes, podemos darle pegatinas o gomets y que lo decoren con éstas.
A pesar de ello, también tenemos otra alternativa igual de bonita para estos floreros. Podemos enseñar a los niños a dibujar un ramo completo, dibujando los tallos y las flores de la misma manera, pero en lugar de un florero, encontrarán un lazo. Y el resultado sería el siguiente:
Elijan lo opción que elijan, los niños lo pasarán genial, disfrutarán haciendo el regalo para sus mamis y se sentirán orgullosos de sus grandes obras de arte.
Cuento: La liebre y la tortuga
Un buen día de verano, se encontraron la liebre y la tortuga mientras daban un paseo. Pero no fue un encuentro agradable, ya que la liebre siempre se reía de la tortuga, porque era muy lenta:
- ¡Je, je! En realidad, no sé por qué te molestas en moverte - Le dijo.
- Bueno - contestó la tortuga -, es verdad que soy lenta, pero siempre llego al final.
La tortuga cansada de las continuas burlas de la liebre dijo:
- Si quieres hacemos una carrera.
- Debes estar bromeando - dijo la liebre, despreciativa - Pero si insistes, no tengo inconveniente en hacerte una demostración.
Era un caluroso de día de sol, pero aún así todos los animales fueron a ver la Gran Carrera.
El topo levantó la bandera y dijo: - Uno, dos, tres... ¡Ya!
La liebre salió corriendo, y la tortuga se quedó atrás, tosiendo y tosiendo en una nube de polvo. Cuando comenzó a andar, la liebre ya se había perdido de vista.
- No tiene nada que hacer - dijeron los saltamontes - La tortuga está perdida.
La liebre ya había recorrido la mayoría del recorrido, por lo que se detuvo. "¡Je, je! ¡Esa estúpida tortuga!", pensó la liebre, volviéndose. "¿Para qué voy a correr? Mejor descanso un rato."
Así pues, se tumbó al sol y se quedó dormida, soñando con los premios y las medallas que iba a conseguir cuando ganase la carrera.
Mientras tanto, la tortuga siguió toda la mañana avanzando muy despacio. La mayoría de los animales, aburridos, ya se habían ido a sus casas. Pero la tortuga no se daba por vencida, continuaba caminando y caminando.

A mediodía pasó junto a la liebre, que dormía plácidamente al lado del camino. La tortuga, asombrada, contenta y segura, continuó avanzando pasito a pasito.
Finalmente, la liebre se despertó y estiró las piernas. El sol ya se estaba poniendo. Miró hacia atrás en el camino y se rió:
- ¡Je, je! ¡Ni rastro de esa tonta tortuga! - Con un gran salto, salió corriendo en dirección a la meta para recoger su premio. Pero cuál fue su sorpresa al ver desde lejos cómo la tortuga le había adelantado y se arrastraba sobre la línea de meta.
¡Había ganado la tortuga! Desde lo alto de la colina, la liebre podía oír las aclamaciones y los aplausos.
- No es justo - gimió la liebre - Has hecho trampa. Todo el mundo sabe que corro más que tú.
- ¡Oh! - dijo la tortuga, volviéndose para mirarla - Pero ya te dije que yo siempre llego. Despacio, pero segura.
Moraleja: No debemos reírnos de los demás. Y, también, tenemos que aprender que la pereza y el exceso de confianza pueden hacer que no alcancemos nuestros objetivos.
Tarros navideños
Esta manualidad ha sido rescatada de Blog Cuarto Color. Según la vi me encantó y me pareció una idea genial para hacer con nuestros hijos en casa, o bien, en el colegio (eso sí, siempre con mucho cuidado y supervisando lo que hacen los niños).
Bueno, pasemos a explicar los pasos a seguir para elaborar estos increíbles tarros de cristal con abetos nevados que nos ayudarán a darle un aspecto más navideño y bonito a nuestro hogar o al hogar de nuestros alumnos:
- Lejía.
- Bol de metal.
- Varios tarros de cristal con tapa.
- Árboles de Navidad pequeñitos (los podemos encontrar en los 150 o "chinos").
- Pistola de silicona.
- Nieve artificial (o corcho).
Para la variante necesitaremos:
- Golosinas.
- Palitos de chupa-chups.
- O plastilina.
¿Verdad que quedan genial? Podemos hacer varios y decorar con ellos nuestro aula o dejar que los niños se lo lleven a casa y decoren sus salones.
Hay que recordar que el paso donde se manipula con la lejía y la silicona lo debemos hacer sol@s, ya que es peligroso. Pero para introducir la nieve y decorar el tarro podemos tener la ayuda de los niños.
Pero ésto no es todo, si tienen dificultad para realizar la actividad o bien no encuentran los "mini árboles", aquí tienen una variante que a los niños les encantará aún más y dónde ellos serán los verdaderos artistas:
Para ello utilizaremos golosinas y palitos de chupa-chups para hacer muñecos o figuras navideñas. O directamente, pediremos a los niños que, con plastilina, creen sus árboles, muñecos de nieve o iconos de la navidad. Todo ello, lo introduciremos de la misma forma en el tarro de cristal y añadiremos la nieve artificial (o trocitos de corcho si no encontramos la anterior).
¡Quedará genial!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)