Así que tenemos que ser conscientes de lo que enseñamos a los niños tanto en casa como en la escuela. Los niños son esponjas y no sólo van a aprender las cosas buenas, también aprenden las cosas malas y la culpa no es de ellos, sino nuestra.
Seamos conscientes de cómo actuamos y de cómo hacemos las cosas con ellos, porque todo lo que hagamos dejará huella.
Como maestros somos ejemplos a seguir, y verán en nosotros a modelos, así que tenemos que comportarnos como tal y dar buenos ejemplos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario