domingo, 30 de marzo de 2014

Así que tenemos que ser conscientes de lo que enseñamos a los niños tanto en casa como en la escuela. Los niños son esponjas y no sólo van a aprender las cosas buenas, también aprenden las cosas malas y la culpa no es de ellos, sino nuestra.
Seamos conscientes de cómo actuamos y de cómo hacemos las cosas con ellos, porque todo lo que hagamos dejará huella.

Como maestros somos ejemplos a seguir, y verán en nosotros a modelos, así que tenemos que comportarnos como tal y dar buenos ejemplos.

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